
¡Achús, achús! Tu hijo lleva toda la mañana con un ataque de estornudos y mientras le das un clÃnex tras otro, te preguntas: “¿Tendrá alergia al polen?” Si cada año, con la llegada de la primavera presenta sÃntomas catarrales, lo más seguro es que sÃ. Los niños son cada vez más propensos a desarrollar este tipo de alergia, aunque “no se suele manifestar hasta el cuarto o quinto año de vida”, tal y como señala el doctor Juan Casado, jefe de PediatrÃa del Hospital Niño Jesús en este artÃculo. Ahora bien, ¿cómo saberlo seguro? Y lo más importante, ¿cómo explicárselo al niño de un modo divertido para que lo entienda?
“Mamá, ¿qué me pasa?”: 4 sÃntomas de la alergia al polen
El primer paso para detectar una alergia es observar los sÃntomas. Ahora bien, a los niños les cuesta mucho expresar qué sienten. Lo máximo que conseguirás es: “No me encuentro bien”. Para saber exactamente lo que le pasa, lo primero es establecer una buena comunicación. Pregúntale por cómo se siente pero sin alarmarte. Ahà van algunas ideas
Estornudos: En la alergia son más frecuentes, seguidos y fuertes que en un resfriado. Tienes que descubrir si estornuda mucho. Cuando estornude delante tuyo dile en tono divertido: “¡Madre mÃa, qué estornudo! ¿Has estornudado asà de fuerte todo el dÃa?”.
Mocos: Los de la alergia son acuosos y casi transparentes a diferencia de los del catarro que suelen ser amarillos y espesos. Cuando se suene dile: “¡Vamos a mirar los mocos del pañuelo!”. A él/ella le resultará de lo más gracioso y tú podrás comprobar el aspecto.
Nariz roja y tos: Observa si rasca la nariz y si tiene tos seca. Cuando proteste por estos malestares, no dejes que se ponga negativo. Dale la vuelta a la tortilla con una frase como: “Un malo malvado llamado polen ha entrado por tu nariz pero tu eres un niño valiente y lo vas a combatir”.
Lagrimeo: Cuando la persona alérgica respira las partÃculas de polen, el cuerpo responde haciendo que los ojos piquen y lloren. Directamente y con cariño pregunta: “¿Por qué lloras?”. Si te responde no lo sé o no ves un motivo aparente, seguramente se trate de alergia.
Tras un perÃodo de observación, lo mejor es llevarle al pediatra, explicarle los sÃntomas y que le examine. En el caso de no ser un resfriado, os remitirá a un alergólogo para que le hagan las pruebas al niño.
Una explicación sencilla y mágica
Si ya sabes que es alérgico conviene que el niño sepa qué le ocurre para evitar en la medida de lo posible que se exponga al polen por sà mismo. No es una tarea fácil porque le costará comprender que tiene algo distinto a sus amigos (¡a los niños no les gusta sentirse diferentes!) Pero con un poco de paciencia, utilizando palabras simples y contándoselo como si fuera el héroe de un cuento, tu hijo puede vivir este malestar sin que suponga una carga.
El polen, el malo: Las palabras alergia y alérgico son difÃciles de recordar para un niño. Mejor cuéntale que en primavera, un villano sale de las plantas para provocar estornudos. Es como un polvo pero amarillo y su gran poder es que a veces no se ve. Se llama polen.
La histamina, el guerrero: La histamina es el causante de los sÃntomas en las personas alérgicas. Para tu hijo puede ser un gran guerrero llamado Hista que vive en él. Le protege en los momentos en que no puede ver al malvado polen porque lo detecta y lo empuja fuera de su cuerpo, por eso le hace estornudar, llorar, toser y moquear. Ese es el momento de avisar a mamá o papá para tomar la pócima mágica (es decir, la medicación contra la alergia)
Plantas buenas y plantas malas: Existen muchos tipos de alergia al polen. Una vez tengas los resultados de las pruebas asegúrate de saber qué tipo de flores, árboles y arbustos debe evitar tu hijo. Después haz un collage con tu hijo diferenciando plantas buenas y malas para que sepa identificarlas.
Además en webMD.com tienes 15 consejos para ayudar a tu hijo a combatir la alergia al polen.
¿Te parece buena idea explicar asà a tu hijo la alergia al polen?