
Como padres, una de las peores situaciones a las que tenemos que enfrentarnos es a los berrinches en público. Los psicólogos infantiles advierten que la mayorÃa de los niños no tienen rabietas sólo por ser malos o manipular emocionalmente, sino porque gritar o llorar les sirve para expresar su rabia y frustración cuando no tienen vocabulario suficiente para explicar lo que sienten. Por lo tanto, ¿qué hay que hacer en estos casos?
Mantén la calma
Lo peor que puedes hacer ante un berrinche es levantar la voz. El niño, en ese momento, necesita que seas un ejemplo de templanza. No puedes pretender que se calme si ve que tú no estás calmado. Respira profundamente durante unos segundos antes de contestarle.
Identifica el problema
Recuerda que el berrinche no tiene por qué ser una forma de “salirse con la suya”. Puede que sea consecuencia de una frustración, una falta de atención por tu parte o incluso un malestar fÃsico: hambre, sueño, etc.
Si se trata de lo último, dale de comer o llévatelo a casa para acostarlo lo antes posible. Si es por un miedo o una frustración, trata de consolarlo y en el caso de que se sienta ignorado, intenta ponerle remedio pasando más tiempo con él, leyendo, jugando, etc.
Una vez resuelto el problema, la rabieta deberÃa terminar.
Establece un causa-efecto
Si, por ejemplo, su hijo quiere un helado, pero falta poco para la cena, dile: “Pablo, ahora no, vamos a cenar pronto. Cálmate o volvemos a casa “ Manténte firme y muéstrale las opciones claras: O se calma o tendrá que ir a un lugar donde esté solo y pueda reflexionar. Si elige la opción de calmarse, felicÃtale con una frase del tipo: “¿Ves como es mejor asÃ?”
Por el contrario, si decide enfadarse, demuéstrale que eso tiene consecuencias, vuelve a casa y mételo en su cuarto hasta que se le pase. Ten en cuenta que esto es más fácil con un niño de dos años que con uno de ocho, asà que , cuanto antes empieces, antes aprenderá.
No le premies
Si no eres tajante en este asunto, tu hijo convertirá los berrinches en una herramienta para manipularte. No debes premiar su comportamiento, ni siquiera cuando está enfadado porque no recibe suficiente atención por tu parte. Aunque estés en público y te haga pasar un mal rato delante de gente, nunca cedas. Solucionarás la situación a corto plazo pero a largo plazo se convertirá en un serio problema.
Quita de en medio objetos peligros
Algunos niños convierten las rabietas en auténticos ataques de ira. Para evitar que se haga daño, retira las cosa que haya cerca de él y cógele por el brazo suavemente pero con firmeza para llevártelo a otro lugar. Mientras tanto, habla con él tranquilamente animándole a que se calme.
No intentes razonar
Razonar con tu hijo en medio de una rabieta es inútil. Igual que un adulto, el niño necesita manifestar la emoción de frustración que le consume. Sin embargo, en su lugar puedes poner palabras a sus sentimientos, diciéndole frases como: “Debes de estar muy cansado después de todo el dÃa fuera” o “Debes de estar enfadado porque no te doy lo que quieres”
Esto, no sólo te ayudará a identificar el problema, sino que enseñará al niño cómo puede verbalizar sus sentimientos y le demostrará que te pones en su lugar sin que por ello tengas que ceder.
Habla con él cuando acabe el berrinche
Aunque durante la rabieta no puedas razonar con tu hijo, es importante que después, hables con él del tema. ExplÃcale que ese comportamiento es inaceptable y que no se lo vas a permitir pero asegúrate de que comprende que eso no significa que no lo quieras.
Si no te escucha, lee atentamente estos consejos.
Nunca le pegues
Bajo ningún concepto le des un azote o un tortazo. Con esta acción, el niño tiene ‘la sartén por el mango’ porque le demuestras que tú estás fuera de control. Además, le frustrarás aún más porque no dejarás que libere su emoción y lo peor, le estarás transmitiendo que ‘pegar’ es un comportamiento aceptable.
Si no consigues que se calme, es preferible ignorarle, decirle que no le vas a hablar hasta que se le pase.
¿Qué haces cuando tu hijo tiene un berrinche en público?