
Como padres y educadores, deseamos ser los mejores ejemplos a seguir para que nuestros hijos tengan buenos “espejos” en los que mirarse. Para ellos, debemos ser cautelosos con las decisiones que tomamos. Por nosotros mismos y nuestros hijos, porque ante las muchas situaciones en las que tendrán que decidir y se encuentren solos, siempre podrán agarrarse a nuestro ejemplo. ¿Qué hizo mamá cuando le ocurrió esto? ¿Cómo reaccionó papá cuando se vio en esta misma circunstancia? Si quieres saber las claves de cómo influenciar positivamente a tus hijos, sigue leyendo.
Hazles partícipes. Cuando te veas en una situación peliaguda o nueva, o una que te hace tomar una decisión difícil, no les apartes del camino. Deja que vean tu proceso mental, cómo pones los pros y los contras en la balanza y estudias las consecuencias que tendrá cada decisión. Así los niños aprenderán a llegar a conclusiones y tomar decisiones siguiendo tu mismo razonamiento.
No les contagies tus miedos. En este artículo, os contamos que todo lo que somos, decimos y hacemos tiene un gran impacto en nuestros hijos. Transmitimos nuestra personalidad y estilo de vida, nuestras emociones, formas de reaccionar, creencias y palabras. Y también nuestros miedos. Para evitar trasladarles nuestro miedos, ten cuidado con lo que dices. Los padres que usan las palabras “No” y “Ten cuidado”, por ejemplo, con demasiada frecuencia, acaban teniendo hijos con miedos a probar cosas nuevas o que se ponen nerviosos cada vez que lo intentan. Así que procura utilizar más las palabras “Sí” e “Inténtalo otra vez”, y sobre todo, evita perder los nervios y mostrar más confianza en ti mismo.
Pide perdón y admite que te has equivocado. Aunque seamos los mayores de la casa, también nos equivocamos. Sí, nadie es perfecto, y si has hecho algo mal o has contestado o reaccionado de mala manera, admítelo y pide perdón. Pero no te quedes allí. Si están tus hijos delante, piensa y comparte cómo lo vas a arreglar. Solo así aprenderán a hacer lo mismo.
Cumple con tus promesas. No hay nada más desilusionante que te prometan algo y no se vea cumplido. Incluso cuando la promesa es contigo mismo. Seguir una dieta hasta el final, hacer esa tabla de ejercicios, intentar llegar antes a casa, acabar el libro que estás leyendo, etc. Al ir cumpliendo promesas contigo mismo, estarás influenciando positivamente a tus hijos y aprenderán a cumplir las suyas y acabar con lo que han empezado, ya sea un experimento, una tarea o un deporte.
Eres mucho más que un padre. A pesar de que nos pasamos el día poniendo límites, educando, escuchando y enseñándoles cómo resolver dudas, somos mucho más que eso. No tengamos miedo de mostrarles nuestras aficiones, gustos y hobbies. Una mamá puede ser mamá y pintora o bailarina. Un papá puede ser papá y entretenerse con un experimento científico o ser un ávido lector. Si compartimos todo esto con ellos, estaremos abriendo nuevo horizontes para evitar que nos encasillen y se encasillen ellos mismos.
No somos súper humanos. Nosotros también nos equivocamos, tenemos miedos y albergamos conductas heredadas por nuestros padres o cuidadores que no siempre son positivos. Lo que sí podemos hacer es intentarlo mejorar y procurar aprender de nuestros errores. Otra lección importante para ellos.
¿De qué modo crees que influencias tú positivamente a tus hijos?