
De pequeños, todos hemos tenido un juguete preferido. Ya fuese un tren, una muñeca o un peluche, ellos nos acompañaron en nuestros juegos y alimentaron nuestra imaginación. Hoy en día, quizás los juguetes tengan formas distintas pero nuestros hijos, como nosotros, siempre acaban escogiendo su favorito, ese amigo o amiga inseparable al que le cuentan cosas, que les escucha y les acompaña allá donde vayan. Lo curioso es que la gran mayoría de los niños acaban eligiendo peluches como sus juguetes preferidos. Hay algo en estos muñecos, normalmente con forma de perro u osito, que acaban siendo los favoritos entre los más pequeños. A través de ellos, los niños pueden expresar emociones y pensamientos que no pueden hacer verbalmente. Hoy exploraremos los beneficios de jugar con peluches y cómo podemos ayudar a nuestros hijos a sacarles mejor partido.
Tal y como apuntamos en el post “Los juguetes, ¿por qué son importantes en el desarrollo del niño?” los pequeños aprenden a través del juego y el juguete es la herramienta que les permite conocer el mundo que les rodea. Pero los peluches tienen ciertas ventajas sobre otro tipo de juguete. Allan Gansher, un terapeuta del juego y fundador de Kids Inc., apunta a que los niños, sabiendo que los peluches representan algo vivo y real, se sienten identificados y les ayuda a explorar sus emociones más complejas.
Aprendiendo a Separarse
Uno de los miedos que albergan los niños pequeños es el temor a separarse de sus padres. Gracias a los peluches, esa vulnerabilidad disminuye. Randye F. Huron, directora del Instituto de Desarrollo Infantil de Hackensack University Medical Centre, sugiere que animemos a nuestros hijos a jugar con su peluche a solas al menos 10 o 15 minutos varias veces al día. Esto no solo fomentará su confianza sino su auto estima ya que simplemente el tacto reduce el estrés, regula la presión arterial y genera endorfinas. Pero sobre todo, los peluches evocan un sentido de paz, seguridad y confort.
Aprendiendo nuevas habilidades
Con los peluches los niños más pequeños también pueden practicar las habilidades que van aprendiendo. Cuando sea la hora de cepillarse los dientes o vestirse por ejemplo, puedes pedirle a tu hijo que le enseñe a su peluche cómo se hace. A los pequeños en edad preescolar y primaria les encantan los juegos de rol, principalmente porque les permiten “ser adultos” y “hacer lo que ellos hacen”. Como te contamos en este post, los juegos de rol son un componente clave en el desarrollo de diversas áreas de aprendizaje porque en esencia se trata de aprender cómo funciona el mundo que les rodea a través del juego.
Aprendiendo a expresarse
Es normal que los niños de dos y tres años se frustren y acaben llorando o sufriendo un berrinche porque aún no comprenden los sentimientos tan intensos que pueden llegar a sentir. Tal y como señala el doctor Phil Donahue, los niños, a través de los juegos de rol, pueden aprender a manejar sus emociones. Les proporciona una manera de comunicar sus propias experiencias.
Como padres, podemos ayudar a nuestros hijos a manejar sus emociones aún mejor gracias a su peluche. Si tu hija monta en cólera o arranca a llorar cada vez que te vas de casa o la llevas a la guardería, intenta escenificar estos momentos en casa. Coge su peluche y juega a que se marcha al cole. Puedes decir: “Pero, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás llorando?” Anima a tu hija a contestar y ver que en la guardería o el cole no se está tan mal. “Allí hay profesores, actividades, juguetes y otros niños con los que jugar.” Hacerle ver el lado positivo y que se lo transmita a su “triste” peluche, le dará las herramientas necesarias para aplicar en su vida.
Aprendiendo a hacer amigos
Los peluches ofrecen a los niños la oportunidad de practicar las habilidades sociales necesarias para hacer amigos. Puedes usar su peluche para resaltar temas importantes como esperar su turno, empatizar con otros y compartir. Juega a que estáis en una fiesta de cumpleaños por ejemplo. El trozo de tarta o el bizcocho se tiene que dividir para que todos lo puedan probar. Sino, el peluche se pondrá triste o quizás se enfade. ¿Verdad que no es justo que unos coman tarta y otros no?
¿Sabías que jugar con peluches tenía tantas ventajas? ¿Cuál es el peluche favorito de tus hijos?