
Cuando estamos decidiendo qué colores irÃan mejor en la habitación de nuestros hijos, y si nos vamos a por el clásico azul para él y el rosa para ella o somos más ‘innovadores’, pocas veces somos conscientes del enorme efecto que los colores tienen sobre nosotros y nuestros hijos, pero deberÃamos.
Tradicionalmente, los sentimientos y estados de ánimos que los colores son capaces de desencadenar en nosotros se consideraban ligados a la cultura que los producÃa, y por tanto a la moda del momento. AsÃ, el rojo en Europa suele relacionarse con la pasión o el peligro, mientras que en Asia es considerado un color sagrado y, aunque parezca de toda la vida, hasta hace poco los niños vestÃan de rosa.
Sin embargo, vivimos una revolución cientÃfica incesante y las últimas investigaciones respecto a cómo percibimos el mundo apuntan a que los colores influyen en las personas a un nivel biológico, penetran directamente hasta nuestro ADN. Hablando del rojo, se sospecha que es capaz de alterar el sistema lÃmbico y la producción de hormonas. Parece que es hora de revisar nuestra percepción del diseño de interiores y reconocer la influencia que tiene sobre nuestro bienestar y el de nuestra familia.
Es importante tener en cuenta que no todos los colores se comportan igual según la superficie que los refleje. AsÃ, una pared pintada de azul tiende a aportar serenidad y quietud, aunque también sensación de frÃo según este estudio de Pantone (en inglés). Sin embargo, la luz azul genera alegrÃa y anima las conversaciones y las interacciones sociales, por lo que una iluminación de este espectro no es recomendable para un dormitorio infantil.
El color amarillo produce efectos estimulantes cuando ocupa una gran extensión. Un amarillo intenso se relaciona con la energÃa más primaria, el sol, capaz de activar nuestro sistema porque ‘es de dÃa’. Ideal como pintura de una habitación de estudio, las gamas del amarillo son capaces de hacer que los niños se concentren más al estimular el estado de alerta y atención. FÃjate en el color de las paredes de su clase la próxima vez que vayas a recogerlos al colegio.
Si quieres experimentar con colores vibrantes y llamativos como rojos, amarillos o naranjas lo mejor es pintar una sola pared de la habitación y optar por tonos más neutros para el resto, que rompan pero a la vez den protagonismo. Toda una habitación pintada en estas tonalidades resulta estresante, para niños y mayores.
El naranja va genial como toque en las zonas de juegos ya que estimula la actividad y aporta vitalidad. Pero también puedes introducir estos colores fuertes a través de complementos, que no comprometen y se pueden cambiar fácilmente.
El verde se relaciona universalmente con la naturaleza, la vida y la armonÃa, y es claramente el candidato favorito cuando esperamos un hijo sin saber el sexo; con permiso del blanco. Los verdes funcionan muy bien en las habitaciones infantiles en tonos un poco pálidos porque son suaves pero no monótonos. Juega con todas las posibilidades del verde y opta por uno brillante para destacar elementos como pilares o arcos que refresquen la habitación y pinta las paredes de tonos más claros.
Si quieres profundizar en cómo los seres humanos percibimos los colores y qué efectos tienen sobre nosotros, ‘El Misterio de los Colores’, dirigido por Sophie Robinson para BBC World, es un apasionante documental con algunas investigaciones sorprendentes que seguro te ayudarán a decidir los mejores colores para alegrar la vida de tus hijos.