
Clases extraescolares, ¿sí o no? Es la eterna pregunta de cada vuelta al cole. Algunos padres opinan que son buenas porque ayudan a los niños a descubrir sus intereses y mejorar su rendimiento académico; otros sin embargo, consideran que sobrecargar su día a día de actividades no deja al niño tiempo libre, lo que genera estrés, puede provocar depresión e incluso perjudicar a sus relaciones sociales. Lo cierto es que no existen datos científicos que muestren los riesgos y beneficios de las actividades extracurriculares pero profesores y expertos en psicología infantil se inclinan a destacar las ventajas de este tipo de actividades, limitadas por una serie de condiciones. En The Toy Blog nos hacemos eco de este interesante debate.
El valor del tiempo
La clave es el tiempo. Diversos estudios revelan que las actividades extraescolares favorecen el rendimiento académico siempre y cuando no supongan una carga. La pregunta es: ¿cuántas clases son demasiadas clases? Según un artículo del Daily Mail, los niños que emplean más de 17 horas de su tiempo a las extracurriculares están expuestos a un gran estrés. En contraposición, una investigación realizada por Jennifer Fredricks, experta en el tema y profesora de Desarrollo Humano en el Connecticut College (EEUU) ha demostrado que los chavales que dedican 13 horas muestran mejores resultados en el colegio. ¿Tan fina es la línea?
Como en la mayoría de asuntos, depende del caso particular. “Cada niño es único y necesita diferentes cantidades de tiempo en actividades extracurriculares. Los padres deben darse cuenta de si su hijo está abrumado por este exceso y, en ese caso, considerar la reducción de estas clases”. Ésta es la conclusión a la que ha llegado, Andrea Mata, estudiante de doctorado de la Universidad Kent State.
Robert Coles, Alvin Roselfeld y Nicole Wise, autores del libro “The Over-Scheduled Child: Avoiding the Hyper-Parenting Trap” reflexionan acerca de como cada vez más padres e hijos necesitan ‘estar ocupados’ en actividades. Un producto de la sociedad en la que vivimos que nos acostumbra a una estimulación externa constante.
Además, apuntar a los niños a muchas clases extraescolares puede ser causa de un exceso de trabajo. Las jornadas laborales eternas obligan a los padres a mantener a su hijo ocupado (o en lugar seguro) mientras ellos están en la oficina, lo que a la larga perjudica al niño que psicológicamente no puede enfrentarse a tanta tarea.
Tiempo de juego
Ante este panorama, ¿dónde ha quedado el tiempo de juego? Laura Berk, profesora emérita de psicología de la Universidad Estatal de Illinois, se muestra preocupada porque ha constatado que los niños cada vez juegan menos. Las causas no son sólo las clases extraescolares también influye la presión académica en los colegios (y el exceso de deberes) así como el tiempo libre dedicado a la televisión, la consola, el ordenador y los smartphones.
“El juego no estructurado es importante en el desarrollo del niño”-dice esta experta-“La investigación ha demostrado que dedicar un tiempo diario al juego aporta numerosos beneficios emocionales, cognitivas y sociales”.
Además, partidarios de las clases extraescolares argumentan que son buenas porque ayudan a que sus hijos descubran sus propios intereses pero no se plantean que el ‘tiempo no ocupado’ puede cumplir la misma función. Teresa Belton, investigadora de la Universidad de Educación y Aprendizaje Permanente de East Anglia (Reino Unido) asegura que los niños necesitan ‘no hacer nada’ para descubrir por sí mismos qué es lo que les gusta. Si el niño está aburrido y el padre no lo soluciona o no le da un estímulo externo, inconscientemente explorará lo que le rodea y decidirá con qué quiere entretenerse.
La extraescolar adecuada
Parece obvio decir que la clase a la que debes apuntar a tu hijo es la que él quiera. En la práctica, sin embargo, muchos padres deciden qué extraescolar deben hacer sus hijos porque proyectan sus propios fracasos o anhelos en ellos. Ante todo, la decisión debe ser suya. Siéntate con él, escucha cuáles son sus intereses y estate atento a sus capacidades individuales. Busca aquella actividad que le suba el autoestima, desarrolle su aprendizaje, fomente sus relaciones sociales, mejore su coordinación motriz pero sobre todo, le divierta. Y piensa que si este curso tu hijo no está cómodo en su extraescolar, siempre tendrá tiempo de cambiar. Puede probar y probar.
Vosotros, ¿qué opináis? ¿Son buenas las clases extraescolares o no?