
Durante los últimos 20 años, docenas de estudios han confirmado lo que los padres hemos intuido siempre: Sentarse a cenar en familia es bueno. Las investigaciones muestran que compartir con los hijos este momento ayuda a que durante la adolescencia tengan menor propensión a consumir sustancias nocivas, tener trastornos alimenticios, baja autoestima y peores notas en el colegio. En niños más pequeños se ha observado que la conversación en la mesa, mejora su vocabulario y que aquellos que comen con su familia regularmente se convierten, en su mayorÃa, en adultos con una dieta más saludable y menor Ãndice de obesidad. ¿Necesitas más razones para cenar en familia? ¡Sigue leyendo!

Dar azotes, collejas, cachetadas, insultar o mofarse del niño era una práctica habitual de disciplinar antiguamente. ¿Era la correcta? En los últimos años diversos estudios psicológicos como éste de la Universidad de Manitoba en Canadá que publica Psychcentral.com han demostrado que individuos que han sido castigados con violencia fÃsica y verbal en la infancia tienen mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales, como ansiedad, depresión o disfunción de la personalidad. Bien es cierto que en ocasiones en las que nuestro hijo nos hace perder la paciencia, nos gustarÃa darle un azote, pero si aún tienes dudas de porqué no deberÃas hacerlo, te presentamos 7 razones que seguramente te convencerán. Tú decides, ¿castigo fÃsico (o verbal) u otras alternativas?