
¿Tu hijo llora o tiene miedo “por todo”? ¿Se pone triste cuando ve a los demás pasarlo mal? ¿Se emociona demasiado con canciones, cuentos y pelÃculas? ¿Se muestra tÃmido en reuniones con mucha gente? Si has respondido sà a estas preguntas, quizás tengas un niño muy sensible. Pero no te alarmes, la alta sensibilidad es un grado normal de la personalidad humana. Se debe a una mayor actividad de la parte derecha del cerebro responsable del sistema nervioso. Un estudio de la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience realizado por la doctora Elaine Aron constató que entre el 15 y el 20% de los niños nacen con hipersensibilidad. Lejos de tratarlo como un estigma hay que enseñarles a ver que es una virtud.
Rasgos de un niño muy sensible
Intuitivo: Percibe los estados de ánimo de los demás rápidamente porque es capaz de analizar el lenguaje no verbal: lo que dicen los ojos, la tensión de la mandÃbula, la postura del cuerpo. Por esta razón, te sorprende con frases del tipo: “Mamá, ¿estás triste?”. Sin embargo, no sólo se da cuenta de la alegrÃa o la tristeza, también ve venir otras emociones como el enfado. Gracias a eso son pequeños más obedientes pero están expuestos a una mayor frustración. Sufren muchÃsimo cuando sus padres o profesores los regañan y en numerosas ocasiones se sienten incomprendidos.
Reflexivo: Se le da muy bien analizar lo que ocurre a su alrededor, capta detalles de la realidad que otros niños no ven. De bebés son muy curiosos, te miran a los ojos y siguen tus movimientos atentamente. Además, se percatan con mayor nitidez de la luz, los sonidos y los sabores. A medida que crecen, hacen muchas preguntas. Por ejemplo, se plantean cosas como: “¿Por qué hay mendigos en la calle?, ¿Por qué a papá le han echado del trabajo?”.
Empático: Dado que conecta más fácilmente con las emociones de los demás, no les cuesta “ponerse en el lugar del otro”. Pero esta cualidad tiene sus pros y sus contras. Lo positivo es que son niños solidarios, a los que les gusta compartir y que se muestran poco agresivos con sus amigos; lo negativo es que llevan muy mal el rechazo de los demás por lo que no saben decir “NO” y cuando les atacan, se sienten profundamente heridos y no saben cómo defenderse.
Creativo: Demuestra un talento especial para las actividades artÃsticas: música, pintura, cocina etc. porque sabe combinar el mundo de los colores, olores y sabores desde distintos y variados ángulos, lo que es una valiosa herramienta para ser innovador y buscar soluciones a los retos que le plantea la vida. Sin embargo, a pesar de tener esta habilidad muy desarrollada, tiene miedo al cambio. Aunque sabe adaptarse, su solución puede no ser bien vista. Ten en cuenta que busca constantemente la aprobación de los demás para sentirse querido.
TÃmido: No todos los niños sensibles son tÃmidos pero sà lo pueden parecer. Su alto grado de percepción unido a la aceptación del resto, hace que en situaciones en las que reciben numerosos estÃmulos se sientan cohibidos porque no saben cómo gestionar sus sentimientos. También suelen llorar, enfadarse o tener una rabieta cuando las circunstancias le superan.
Consejos para padres
Desdramatiza los problemas: Haz que vea que la dificultad, no es una tragedia. Si llega a casa diciendo: “Mi mejor amigo no quiere jugar conmigo”, analiza con él las causas e intenta que busque soluciones. Asà se dará cuenta que no siempre las cosas ocurren “por su culpa” y aprenderá que llorando no resuelve nada.
Enséñale a decir “Quiero” y “No quiero”: Ningún niño es conformista por naturaleza. Lo más normal es que tenga miedo a expresar lo que quiere porque cree que sus padres o amigos lo van a rechazar. A través del juego puede aprender a expresar sus deseos sin temor a sentirse herido y le ayudará a poner lÃmites en sus relaciones sociales. Coge dos muñecos, por ejemplo, Barriguitas bicicleta y Barriguitas ponies, Empieza el juego diciendo: “Mi Barriguitas quiere que la tuya se quite su sombrero, ¿qué dices?”. Si se atreve a decir “No quiero”, muéstrate comprensivo y anÃmale a decir qué más quiere o no quiere su Barriguitas.
Deja que decida sus hobbies: Es importante que se sienta valorado por su forma de ser y lo que hace. Quizás a ti te gustarÃa que fuera un crack del fútbol pero ¿no es mejor apuntarle a actividades con las que disfrute? Teatro, pintura o música le ayudarán a explorar su lado creativo asà como los juguetes de la lÃnea Magic Artist o Glitza. Además, aprovecha su cualidad analÃtica, su peculiar visión de la realidad, para fomentar una mentalidad crÃtica: anÃmale a expresar sus opiniones.
No corrijas sus errores en público: No dejes que se sienta avergonzado de sà mismo ante los demás porque de por sà es un niño muy vulnerable a la crÃtica. Tampoco le compares con otros niños ni le obligues a hacer algo que no quiere delante de un grupo. No será capaz de negarse ni sabrá mostrarse tal como quiere. Por otro lado, debes dejarle claro que aunque “te decepcione” o “haga algo mal”, ni tú ni otros van a dejar de quererle.
No le sobreprotejas: Debe aprender a defenderse él solo. Para que no le afecten tanto ni la burla ni la crÃtica, enséñale a detectar cuáles son sus puntos positivos y anÃmale a reforzarlos tal y como te contamos en el post “6 consejos para enseñar a tu hijo a ser optimista”.
Después de leer este artÃculo, ¿te has dado cuenta que tu hijo es muy sensible? ¿En qué rasgos le ves representado?
¿Te preocupa?